lunes, 14 de diciembre de 2009

LA INTELIGENCIA EMOCIONAL


Daniel Goleman cuestionaba los clásicos conceptos de éxito, capacidad y talento, afirmando que el cociente intelectual para clasificar a las personas como más o menos inteligentes era poco útil para predecir el futuro.

Según Goleman los triunfadores del S.XXI serán las personas que demuestren ser: empáticos, tener dominio de sí mismos, automotivación, templanza, perseverancia, capacidad de entusiasmarse y entusiasmar y encanto.

Goleman describe la inteligencia emocional como una forma de interactuar con el mundo que tiene muy en cuenta los sentimientos y engloba habilidades tales como el control de los impulsos, la autoconciencia, la motivación, el entusiasmo, la perseverancia, la empatía, la agilidad mental... que configuran rasgos de carácter como la autodisciplina, la compasión o el altruismo, indispensables para una buena y creativa adaptación social.

Se deben valorar por igual el intelecto y la afectividad. Los éxitos personales y profesionales dependen de ambos interrelacionados, no de uno sólo de ellos.

Los programas de aprendizaje emocional son eficaces cuando se ocupan de enseñar competencias emocionales y sociales concretas; control de los impulsos, manejo de la ansiedad, búsqueda de soluciones creativas a los problemas sociales, estrategias para controlar la agresividad o la depresión, etc.

Es necesario en primer lugar que seamos conscientes de que tenemos que reflexionar y darnos cuenta cómo se desarrollan nuestras acciones y decisiones ya que detrás de ellas hay otra causa que las motiva y que suele ser de índole emocional. En segundo lugar, debemos aprender y ejercitar ciertas destrezas y estrategias para conocernos mejor y controlar/dominar esos impulsos, sentimientos o emociones.

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